Sol

Deja a su gato a un costado, que no estorbe el paso
Sus piernas ágiles, lisas, fibrosas; pasaría raudamente una gota
Cual estrella fugaz en una noche calva

El departamento es un caos, pero no hay tiempo para ordenarlo
Su vida fluye en momentos inmortales por cada uno de sus entornos
Mientras el gato observa, como filmadora de cada segundo de su presencia

«Llámame loca por hablar con los gatos», dice ella
«Pero eres el único hombre que sabe mi vida entera»
«Eres el único hombre que guarda mis singulares problemas»

«De tus cristales pasa el brillo de mis días»
«De tu pelaje guardan las caricias del pesar de mis manos»
«Eres el mástil en mis atormentados lapsos de ansiedad y locura
que azotan en la vela taciturna de las noches sin amparo»

Su mirar apunta a un espacio lejano
Los días los vive con alegría, pero las noches oculta una extraña melancolía
Como si su historia transcurriera más allá de su pasado
Como si olvidara algo que está sujeto a su corazón

Centenar de musarañas atestan su mente
Buscando respuesta a la incógnita irresoluta
Escrita en los trasfondos de su pecho
Como herida invisible que se infecta con el tiempo

Aun la eternidad muere con el roce del alba
Debajo de alfombra la noche y sus demonios caen
Bajo el olvido de una hermosa joven
Acompañada sólo de su peludo amigo

La indiferencia del astro y de su ciclo solar
La renovada vida girando en torno de la luz y el fuego
La mañana brilla para aquellas personas que aún respiran dicha
Que aman con fuego intenso, que aman con total alegría

Ella yergue airosa su pecho
Mostrando orgullosa sus hermosos senos
Tal vez la noche llegue y con su capa de incertidumbres
Pero ésta no eclipsará su sol.


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